La Sierra Gorda de Querétaro

La Sierra Gorda se localiza al norte del estado de Querétaro y forma parte de la Sierra Madre Oriental. La Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda fue decretada por la UNESCO en el año 2001 como área natural protegida para preservar su excepcional riqueza de especies y ecosistemas. La vasta biodiversidad de sus ecosistemas se debe a la gran complejidad fisiográfica. La variedad de alturas van desde los 300 metros sobre el nivel del mar del Cañón del Río Santa María, hasta los 3100 metros en el Cerro de la Pingüica. Su heterogénea precipitación pluvial favorece enormemente la presencia de una extraordinaria diversidad de vida silvestre.

Cuando llegaron los españoles, este territorio era habitado por varios grupos indígenas. De entre ellos, los jonaces destacaban por su ferocidad y fueron quienes participaron en la Guerra de la Media Luna en 1749, llamada así por el cerro del mismo nombre que fue el escenario de la última batalla entre grupos chichimecas y españoles. Cuenta la leyenda que cuando vieron perdida la batalla, familias enteras de chichimecas se aventaron desde lo alto del cerro en un suicidio colectivo.

El sitio arqueológico de Ranas se encuentra a 154 Km. de la ciudad de Querétaro. Habitada entre los siglos VII y XI, Ranas fue una de las ciudades con mayor intercambio cultural y comercial entre los pueblos de la región y el Golfo de México. Una de las principales actividades económicas era la minería de cinabrio, un pigmento de color rojo muy valuado por los pueblos mesoamericanos.

Toluquilla es un sitio arqueológico a 110 Km. de San Juan del Río. Los españoles ya la encontraron deshabitada a su llegada, alcanzó su auge en el siglo IX. Esta ciudad controlaba el comercio de mercurio y cinabrio a través de importantes lazos comerciales con Teotihuacan. Desarrolló una forma muy eficiente de aprovechar los espacios mediante rellenos y ampliaciones que permitían nivelar el terreno.

Misioneros agustinos y franciscanos comenzaron a evangelizar en la Sierra Gorda durante el siglo XVI pero fueron sobrecogidos por la hostilidad de sus habitantes. Los dominicos volvieron a intentar este proceso en el siglo XVII pero con los mismos resultados. Sus conventos fueron destruidos al poco tiempo y hoy son un interesante vestigio arquitectónico de esa polémica era. Fray Junípero Sierra en el siglo XVIII finalmente logró una etapa de evangelización que culminó en majestuosos edificios que hoy podemos disfrutar para maravillarnos con la iconografía y detalles arquitectónicos que resultaron de la combinación de culturas chichimecas y franciscanas.

La Misión de Bucareli fue fundada en 1797 por el fraile Juan Guadalupe Soriano con el propósito de evangelizar a los grupos de chichimecas y jonaces que aún habitaban esta región. Aún se pueden apreciar sus patios con arcos y fuente al centro, así como varias celdas y la capilla. Es el sitio donde se conservan algunos tratados de teología y escritos en latín, invaluables vestigios de la presencia franciscana. Cada 4 de febrero, los lugareños realizan ceremonias en este lugar, en honor a San Francisco de Asís.

Un grupo de intelectuales mexicanos presentaron la iniciativa de inscribir las misiones franciscanas de la Sierra Gorda en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, logrando su reconocimiento en julio de 2003. Es así como hoy cientos de turistas se maravillan con las preservadas misiones franciscanas de Jalpan dedicada al apóstol Santiago; Concá dedicada a San Miguel Arcángel; Santa María del Agua de Landa dedicada a la virgen de la Inmaculada Concepción; San Francisco del Valle de Tilaco y la misión de Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol.



Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
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Foto: Yeahjaleah