Catedrales, Iglesias, y Conventos de México

En el mundo Europeo de la Edad Media, la catedral es sin duda, el sitio más importante del mundo espiritual, el cultural y hasta el político. Ésta simbolizaba la ciudad y su desarrollo económico, ya que conjuntaba la riqueza de la Corona, de la Iglesia y de los particulares. Esta demostración de poder se repitió en los territorios de América.

En la capital de México, la catedral no fue la excepción. Fue fundada en 1527, aunque no fue la primera, pues antes hubo otra, construida para llevar a cabo el Tercer Concilio Provisional mexicano. Sin embargo, la construcción fue derribada en 1628 porque no correspondía, según las autoridades a la magnificencia que se buscaba.
La anterior catedral fue sustituida por la que hoy conocemos, aunque no existe acuerdo sobre el inicio preciso de su construcción, existen coincidencias en que ésta inició en la segunda mitad del siglo XVI, proyectada por Claudio de Arciniega. Su estructura es un conjunto de cinco naves; una central de mayor altura, dos procesionales y dos en los extremos ocupados por capillas. En la fachada se distinguen tres portadas que corresponden a las naves central y procesionales, además de los cubos que soportan las torres y que son el inicio de las series de capillas. El acceso al interior se realiza por las puertas laterales, ya que la del centro generalmente permanece cerrada y sólo se abre en ocasiones muy solemnes. Al entrar se percibe la altura y profundidad del edificio separado por enormes pilastras. La nave central presenta una división particular debido a que aloja el coro, el altar mayor y culmina con la capilla de los Reyes. Entre la puerta central y el coro hay un espacio limitado por el altar del Perdón, cuyo nombre se debe a que era ahí donde pasaban a reconciliarse con la Iglesia los reos condenados por la inquisición.
Los estilos que predominan en la Catedral son el renacentista, el manierista, churrigueresco y barroco. La catedral metropolitana como casi todas las obras religiosas, representan en sí mismas la conjunción de talentos artísticos de varios siglos: arquitectura, tallado, pintura, expresados éstos en sus espacios, muros, retablos, esculturas, en los que se utilizaban los materiales más lujosos y bellos de la época.

La Iglesia de San Juan Bautista en Coyoacán, data de la influencia y asentamiento franciscano de 1524 a 1529, año en que se establecen los Dominicos. Este hecho histórico explica la existencia de la plaza de la Conchita y la frontera a este Convento donde estuvo originalmente el atrio. Al atravesar la calle de las tres cruces está la plaza de Hidalgo donde se encuentra la parroquia de San Juan Bautista. La iglesia actual se terminó en 1582 y fue dedicada a ese Santo. Ésta tuvo hasta 1932 tres naves que actualmente se agrupan en una sola y de las primeras sólo quedan dos cruceros. La portada tiene en bello arco de estilo barroco del siglo XVI, que debió ser reconstruido con marco de piedra. En la actualidad su atrio se ha convertido en centro de diversión y recreo para los habitantes de Coyoacán.

La Iglesia de San Bernardino ubicada en las calles de 16 de Septiembre, Pino, Violeta y Nuevo León, en la plaza colonial, en pleno centro de Xochimilco, pertenece al convento de San Bernardino, fundado en 1535 con esa iglesia anexa. El encargado de la construcción fue Fray Alonso Francisco de Soto. La arquería del claustro es de medio punto sobre columnas dóricas; la iglesia, por las características que presenta su fachada y sus contrafuertes es del tipo fortaleza y en su interior hay hermosos retablos de diferentes estilos y un suntuoso baldoquín.
En su interior todavía se observa un imponente púlpito de madera tallada, la balaustrada de madera dorada en todo el rededor y los retablos de la suntuosa sillería del coro, así como el retablo principal de la capilla mayor.

Otra de las magníficas construcciones eclesiásticas son El Convento e Iglesia del Carmen las cuales se encuentran sobre la Avenida Revolución. Construcciones que se deben a los frailes Carmelitas y a la ayuda del cacique indígena Don Felipe de Guzmán. El 29 de junio de 1615 el Virrey de Nueva España don Diego Fernández de Córdoba colocó la primera piedra del convento colegio de San Ángelo Mártir. Ese monasterio, junto con su iglesia, ermitas y huerto, dio tanta relevancia que el pueblo lo señaló con el nombre del monasterio carmelita; se le suprimió la “o” final y quedó en San Ángel. El convento y su iglesia fueron nombrados como El Carmen.
El monasterio original se terminó de construir en 1617. A partir de 1633 se le hicieron algunas mejoras; en 1673, las celdas eran más de cuarenta, además de los dormitorios. La huerta del Carmen tenía varias ermitas, como las de Chimalistac y las de Panzacola, que aún subsisten, así como varios puentes, como puede observarse en la calle del río o Joaquín Gallo. “El secreto” en la calle de ese nombre, es una construcción cuadrangular cerrada con rejas y se llama así porque se dice que si se habla contra la pared de uno de sus rincones interiores, se puede oír en cualquiera de los otros. A raíz de la exclaustración, efectuada en 1881, el predio fue fragmentado y vendido en lotes, parte del convento fue demolido para abrir calles. Se conservan restos conventuales en casas contiguas o cercanas al Museo Colonial de El Carmen.
La Iglesia de El Carmen tiene un atrio, un pórtico, a manera de vestíbulo que se antepone a la puerta de ingreso a la iglesia; un arco central con mayor altura que los laterales y está rematado por un sencillo frontón, una ventana ilumina el coro y sobre ella hay un nicho con el Santo Patrón. La fachada se sustenta en grandes pilastras y coronada por un frontón.

En Tepotzotlán, se encuentra uno de los templos más impresionantes del país, por su portada como por su interior que contiene magníficos retablos barrocos. La Casa de Loreto en el camarín de la Virgen bellamente ejecutado en estilo barroco con influencia mudéjar. Es del año 1733. En la sacristía hay interesantes pinturas de Miguel Cabrera. Entre los patios de los Aljibes y el de los Naranjos, la capilla doméstica posee un gran retablo barroco lleno de espejos y relicarios. Detrás de la iglesia, hay un mirador desde el que se contemplan parte del conjunto y bellos panoramas.

Actualmente se pueden ver las magníficas construcciones que parecen fortalezas debido a sus gruesos muros; la iglesia barroca de San Francisco Javier con su interesante fachada y sus altares de estilo barroco churriguresco. Entre éstos destacan El Principal, dedicado a San Francisco Javier, el de San Luis Gonzaga, el de la Virgen de Guadalupe, el de San José y la capilla dedicada a la Virgen de Loreto. También son muy bellos, el coro, el camerino ortogonal ricamente adornado, su cúpula y su decoración, la sacristía y algunas secciones del convento como el claustro de los aljibes, la capilla doméstica, la cocina, el refectorio y el sótano.

En él, las figuras de los santos se han puesto de en orden con el fin de exaltar tanto la fe cristiana como los méritos y virtudes de los miembros santificados por la iglesia.

Santa Prisca, se encuentra en el Estado de Guerrero en Taxco, región sin duda de las más ricas en recursos minerales, mismos que se aprovecharon para la edificación, pues la estructura es de piedra de cantera, y el interior con retablos de hoja de oro, soportados algunos con pilastras, para rematar con la imagen central de Santa Prisca, a la que se le rinde culto con un órgano y un púlpito elaborado con maderas preciosas.

Ubicada en pleno centro de la Ciudad de Guadalajara, se encuentra la catedral construida a instancias del Rey de España Felipe II. La obra fue encomendada al arquitecto Martín Casillas. La estructura en su totalidad tiene un estilo ecléctico: con elementos góticos, neoclásicos, barrocos e incluso del arte morisco.
La fachada está elaborada con cantera y distribuida en tres entradas de arco de medio punto cuyo estilo es renacentista. Su interior de estilo gótico, contiene nichos, esculturas de las que sobresale la de la Virgen de la Ascención, San Pedro y San Pablo, separados cada uno con columnas estriadas. Contiene además, la Capilla del Señor de las Aguas, un altar neoclásico con dos esculturas llamadas La Dolorosa y La Magdalena, y un óleo de la Virgen del Carmen. Fueron construidos diversos altares dedicados a San Clemente, Santo Tomás, entre otros. Los diversos estilos ofrecen una vista externa e interna enriquecida por las obras de arte dedicadas a estos santos, que además de creaciones escultóricas contienen pinturas en su Sacristía cuyos autores como Bartolomé Esteban Murillo, Felipe Castro, y José Páez, recrean temas como “La Purísima Concepción”, “La Virgen del Apocalipsis” y “San Cristóbal”, respectivamente.

Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
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Fotografía tomada por Alejandro González