El templo de Santa Prisca (Taxco México)

Cuenta la leyenda que en el año de 1751 una vez comenzada la construcción del templo, en una de aquellas tardes cuando José de la Borda se ausentó de la ciudad de Taxco para dirigirse a la ciudad de Guanajuato, ocurrió entonces una tormenta, posteriormente relámpagos cayeron sobre la obra, haciendo crecer el miedo en albañiles y artesanos los cuales ante estos eventos se hincaron y rezaron, es entonces que súbitamente Santa Prisca en las alturas, se mostraba sujetando en sus manos los truenos impidiendo de esta forma que ocasionaran algún daño a las personas que se encontraban en el sitio y desapareciendo muy despacio. Dentro del templo un cuadro muestra la famosa historia.

Esta es la parroquia de Santa Prisca construida entre febrero de 1751 y diciembre de 1758 cuando Taxco era uno de los yacimientos de oro, plata, hierro y estaño más importante de la Nueva España. En ese entonces se contrataron a los mejores artistas y labradores de piedra de la época, siendo José de la Borda, gran empresario y minero durante el siglo XVIII el que ordenó la edificación del templo ya que poseía gran influencia sobre el gobierno de la Nueva España.
Semejante proyecto se encargó a Cayetano de Sigüenza dando como resultado uno de los ejemplos más perfectos del barroco mexicano y es, actualmente, la única gran creación que permanece intacta en sus detalles. Santa Prisca es primorosa en su línea arquitectónica, su escultura y pintura se unen en una nueva escuela poética. Sus dos torres junto a la fachada dirigen sus miradas hacia el poniente y están decoradas abundantemente, la primera parte de ellas es un tanto libre de detalles, pero magistralmente son un alivio para la vista y equilibra la extensión de la parroquia.

La inclinación sobre la que descansa la ciudad de Taxco da la oportunidad de apreciar la parroquia de un ángulo más alto, varios metros, siendo la fachada y las torres una combinación junto con la cúpula ochavada, resguardada de azulejos y finalizada con un farol. En el interior posee la combinación de espacios opulentamente adornados, los nueve retablos están revestidos con hojas de oro y pilastras de cantera color rosa, ataviadas produciendo contraste entre color y forma realzando espectacularmente los retablos, colocados estratégicamente por tamaños. Entre las muchas imágenes de orden sacro es imposible dejar de comentar la de Santa Prisca en el altar mayor, una joven decapitada por los romanos ya que cuando la arrojaron los leones hambrientos no la tocaron.

El órgano que posee el interior de la parroquia ubicado desde el coro y el púlpito se construyó con maderas preciosas conservándose intactas hasta la fecha. Cuando José de la Borda decidió erigir un templo, lo hizo con la decisión de que fuera único y contrató al gran pintor Miguel Cabrera, en cuyas telas es posible apreciarse desde el tímpano de la entrada de la capilla de Jesús o los Indios encontrada junto a la nave, lienzos que ya han sido restauradas y es posible admirarlas en excelente estado.

Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
Copyright Explorando México, Todos los Derechos Reservados.
Foto: Tina Jiménez Ver Licencia y Derechos de Autor