La Catedral de Guadalajara

La palabra catedral se deriva del griego “cathedra” (asiento) y se refiere a la presencia de la silla o trono del obispo o arzobispo.

En el mundo antiguo, esta silla era el símbolo de un maestro, quien enseñaba el evangelio desde la cátedra en el altar mayor. En un principio, las catedrales eran lugares donde se impartía educación, especialmente a seminaristas, pero su uso se fue extendiendo hasta hacerla un lugar de culto.

La Catedral de Guadalajara se empezó a construir el 31 de julio de 1568 y se concluyó el 19 de febrero de 1618 por órdenes del Rey de España Felipe II. Pocas personas saben que lleva el título oficial de “Basílica de la Asunción de Nuestra Señora de la Santísima Virgen María”, porque a ella fue consagrada.

Construida por el Arquitecto Martín Casillas, muestra una interesante mezcla de estilos arquitectónicos. Su arquitectura mezcla influencias góticas, barrocas, moriscas y neoclásicas y las tres naves están cubiertas con bóvedas góticas y nervaduras.

Esta catedral ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de los siglos. En 1818 un fuerte sismo sacudió la ciudad, derrumbando las torres y la cúpula de la catedral. Desafortunadamente, las torres con sus 65 metros de altura volvieron a destruirse en el terremoto de 1849 y su reconstrucción estuvo a cargo del Arquitecto Manuel Gómez Ibarra en 1854. La Catedral ha sido afectada por sismos posteriores, sufriendo graves deterioros. Actualmente su estructura está amenazada por una ligera inclinación de la torre norte, un ligero hundimiento y daño estructural de la cúpula, entre otras averías. El altar mayor se ubica al oriente de la nave principal, simbolizando la Resurrección del Señor con signos de luz y justicia.

“La cripta de los arzobispos” es uno de los mayores atractivos. Debajo del coro y del altar mayor se encuentran las criptas de los obispos y cardenales, donde yacen los restos de quienes han gobernado la diócesis desde el siglo XVI. Incluyendo el cuerpo de Juan Jesús Posadas Ocampo, asesinado en 1993 en el aeropuerto internacional de Guadalajara. También están los restos de los obispos Francisco Gómez de Mendiola y Don Juan Santiago de León Garabito, tras fallecer sus cuerpos quedaron incólumes, por lo que se les atribuye santidad. Sus féretros se colocaron a los lados de la puerta principal y los feligreses los tocaban para pedirles favores, si al poner el oído sobre la caja escuchaban una respuesta desde el interior, el milagro sería concedido. (foto: Esparta)

Sublime para algunos y grotesca para otros, una de las principales reliquias del arzobispado tapatío es el Relicario de los Mártires que consiste en una vitrina que exhibe los restos óseos de 23 hombres. Los restos de estos hombres fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en 1992 en honor a haber defendido la libertad de culto religioso durante las guerras cristeras. ésta es una de las principales reliquias del arzobispado tapatío.

Entre sus tesoros se aprecia La Purísima Concepción, pintura creada por Bartolomé Esteban Murillo. También famoso es su órgano, el segundo más grande la República Mexicana, de origen francés. Destaca también la escultura de la Virgen de la Rosa, regalo del emperador Carlos V, un cristo de marfil y óleos de artistas mexicanos.

En 1980 se formó una comisión interdisciplinaria integrada por historiadores, arquitectos, especialistas en arte sacro y autoridades en la liturgia. Esta comisión ha realizado modificaciones estructurales y registrado un minucioso inventario.

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Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
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Foto Portada: Sam Blackman